diumenge, 31 de maig del 2009

Diversión a cuenta de la tristeza

Pocas son las ocasiones que tengo para ir a un campo de fútbol, y ayer sábado 31 de mayo, con la gentileza de mi amigo Jose, abonado del Real Murcia, me dejó sus pases para poder ir a ver al equipo de la capital murciana contra el Alicante. Yo, nacido en Benidorm, provincia de Alicante, iba con pocas esperanzas de victoria, pues tras una nefasta temporada causada por una plantilla más bien humilde y sin categoría para estar en Segunda División, se veía que iba a caer derrotado y bajar matemáticamente a Segunda B. Pero esa no es la causa del mal trago que pasé.
Para empezar, mientras calentaban, ya eran varios los aficionados del Murcia que increpaban a los jugadores. Miento, a los jugadores ni los mencionaron. Se me partía el alma como gente aún por civilizar insultaban a Alicante, tanto como ciudad como provincia, cuando en primera fila del campo, había un niño de unos 4 o 5 años, vestido con una camiseta azul y el dorsal 20 de Jorge Azkoitia, emocionado por ver a sus ídolos calentar, que miraba fijamente al grupo de aficionados imbéciles preguntándose porqué se meten con mi ciudad si yo he venido a ver un partido de fútbol con mi padre sin molestar a nadie.
Otra cosa que me sorprendió, era escuchar detrás mía a un niño de la misma edad que el niño de antes, aproximadamente, vestido con la camiseta roja del Real Murcia y gritar: "Pero qué burro es el árbitro" y otros insultos que me sorprendía escuchar de un niño tan pequeño. Pero en esos momentos piensas: "Bueno, está con su padre al lado y enseguida le dirá que no se insulta y que no se falta al respeto a nadie...", pues no. Justamente todo lo contrario. En la falta pitada a favor del Alicante, a la que el niño respondió llamando burro al colegiado, se encararon dos jugadores, uno de cada equipo, y el padre, dando ejemplo, se levantó de su asiento diciendo: "¡Qué hijo de puta es el alicantino ese, será chulo!". Lo dicho, gente sin civilizar.
Y para acabar, en un partido paralelo jugado en Zaragoza, se enfrentaban el equipo de esta ciudad, contra el equipo de la ciudad natal de mi padre, Albacete. Que mi padre haya nacido en Albacete, hace que sienta esta ciudad como mía también y por eso, al salir en el video-marcador de la Nueva Condomina el resultado de 3-0 a favor de los maños, fueron también numerosos los insultos. Gritos como "¡Que se jodan los manchegos esos de mierda!" oí yo, pero no mi padre, porque escuchaba con auriculares la radio en mi teléfono móvil. Giré 90º grados la cabeza a la izquiera y le dije "¿Has escuchado lo que han dicho?" y él me respondió mirando el Zaragoza 3-Albacete 0 del video-marcador: "No, pero me lo imagino. Menos mal que no he escuchado nada".
Con esto quiero decir también que la gente con solamente medio cerebro no es la totalidad de la afición del Murcia, ni toda la ciudad de Murcia, ni toda la Región de Murcia. Pero con esto quiero decir, que el respeto por los demás no lo tienen que tener solo los aficionados del Barcelona y del Athletic que pitaron el himno de España en la final de la Copa del Rey, si no todos, porque a todos nos duele que insulten y falten al respeto a nuestra tierra. Me juego el cuello a que el 99% de los murcianos que insultan a los alicantinos, se quejaron cuando se pitó el himno de España en Mestalla.